A veces
me gusta adueñarme de la ciudad, caminar por calles desérticas y encontrar
evidencia de alguien que estuvo ahí antes que yo, darme cuenta lo pequeñísima que
soy no solo en el universo sino en el propio barrio, llegar a la conclusión –
tal vez evidente – de que nada es nuestro, nada es mío y eso me encanta ¿Por
qué poseer cuando puedo, simplemente, disfrutar? Creo que sólo soy dueña de mis
recuerdos pero incluso ellos son dueños de sí mismos y se reconstruyen m no tienen sentido de permanencia –
claramente, mucho en común tenemos. Largar caminatas y profundos pensamientos es,
probablemente, sinónimo. Lo bien que me hace caminar y perderme, encontrar
nuevos caminos, descubrir nuevas cosas, siento que me conozco un poquito más
cada vez que camino
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