Durante
toda mi vida he entendido al amor como una especie de esclavitud consentida.
Pero esto no es así: la libertad existe cuando existe el amor. Quien se entrega
totalmente, quien se siente libre, ama al máximo. Y quien ama al máximo, se
siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que
siente, y no puede culpar al otro por eso. Nadie pierde a nadie porque nadie
posee a nadie. Y esta es la verdadera experiencia de la libertad, tener lo más
importante del mundo sin poseerlo.
domingo, 6 de abril de 2014
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