lunes, 8 de agosto de 2016

Y hablaron, como si ella nunca hubiese sufrido.

Como si él nunca le hubiese hecho daño.

lunes, 14 de marzo de 2016

It's over


Buenas tardes a todos. Primero que nada gracias por dejarme ser yo quien lea estas palabras en nombre de todos los compañeros acá presentes.

Hoy este acto marca el fin de uno de los caminos más importantes que hemos tenido, y en este final todos compartimos la alegría por haber conseguido lo propuesto seis años atrás.
Durante estos años hemos acumulado experiencias, momentos, recuerdos, en cada lugar de nuestra escuela, en sus clases, en los pasillos, en el bufete, y la verdad que todos ellos nos acompañarán para siempre. Quién no recordará el primer día de clase con la espera de conocer a algún compañero nuevo…
Cada uno de nosotros ha dejado su propia marca, ya sea por una presentación en una clase, por una respuesta que dio a una pregunta de un profesor, por esa nota que sacó en una asignatura, o lo más importante, la huella que nos hemos dejado los unos a los otros, simplemente por el hecho de habernos conocido. Y cómo el hecho de conocer mejor a unas personas en los últimos pocos meses o años, te hace que no las olvides nunca y que siempre las lleves contigo.
Cómo olvidarnos de nuestros profesores que, más allá de qué tan complicada sea la materia o cómo sea nuestra relación, siempre estuvieron ahí para cada uno nosotros ya sea en lo escolar o en lo personal. Porque si se quiere podríamos decir que somos unos cholulos o mejor dicho unos impresentables, que no se explica cómo vamos a salir al mundo porque en la facultad nos van partir como un queso. Y cuando estemos en las respectivas aulas y venga un hombre y nos diga simplemente “Buenos días”, nada de venir con una sonrisa y chupetines a alegrarnos las mañanas con un “Hola ¿Qué tal? ¿Cómo le va?” Porque el nivel de mamarracho de esta promoción es increíble. Cómo olvidarnos de la cantidad de porqués a contestar en historia, cuando una decía “Ya está, me fue bien” y cuando veías la corrección eran todos “¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?”. Cuando en las clases de gimnasia y te tomabas un remis para alcanzar la pelota o realmente, estabas peor que Botinelli. Físicamente, les puedo decir que Popu y Titi son los gatitos más lindos que existen. Aprendimos, también, que cuando nos acostamos en la camini actuamos que dormimos hasta que lo hacemos finalmente. Igual, digan lo que digan, no me queda ninguna duda de que después de tanto tiempo aprendimos a reprimir nuestra estupidez en literatura para largarla en el recreo.
Y por supuesto aquellas personas que nos han ayudado tanto en este arduo camino, personas que han ayudado a que esta etapa haya sido mucho más fácil y que nos han apoyado en momentos difíciles, y que nos dieron un empujón cuando lo necesitábamos…  me refiero a nuestras familias, que en cada caso serán nuestros padres o hermanos, abuelos, tíos, primos… simplemente queremos darles las gracias por el apoyo y la confianza brindada.
Llega el momento de despedirse, de dar un salto grande y pasar a otra etapa. Todo este tiempo nos permitió pasar de ser niños a adolescentes, para hoy ser unos pequeños adultos. Nuestras vidas inevitablemente cambiarán, pero lo que creo que nunca va a cambiar es el sentimiento que tenemos ahora, la adrenalina de enfrentarnos a una nueva etapa que no conocemos. Tomémonos un rato para mirar a nuestros compañeros, no sabremos si el día de mañana continuaremos todos juntos o sólo seremos parte una etapa, lo único que tenemos es la certeza de que representaron la mejor parte de nuestra vida… nuestro crecimiento. Y gran parte de lo que seamos el día de mañana, se lo debemos a cada uno de los que hoy están con nosotros y nos han acompañado en este gran camino.
Gracias.



Perder a alguien. Cuando sabemos que alguien está ahí simplemente le dejamos estar, quizás no le damos la suficiente atención porque está ahí obvio... hoy, mañana, pasado, cuando sea. Pero si supieras que un día va a irse probablemente lx aprovecharías al máximo, harías todo por verlx. Pero si pensamos, vos sabes que algún día va a irse, solo no tenes la exactitud de saber cuándo va a ser eso, entonces, por qué no lo aprovechas? Por qué dejamos estar las cosas y simplemente cuando se van decimos "me hubiera gustado compartir más cosas"? Por qué somos así? Simplemente no lo aceptamos y es lógico, quién quiere aceptar que eso que uno tiene va a dejar de estar? 

miércoles, 13 de enero de 2016

A veces me gusta adueñarme de la ciudad, caminar por calles desérticas y encontrar evidencia de alguien que estuvo ahí antes que yo, darme cuenta lo pequeñísima que soy no solo en el universo sino en el propio barrio, llegar a la conclusión – tal vez evidente – de que nada es nuestro, nada es mío y eso me encanta ¿Por qué poseer cuando puedo, simplemente, disfrutar? Creo que sólo soy dueña de mis recuerdos pero incluso ellos son dueños de sí mismos y se reconstruyen  m no tienen sentido de permanencia – claramente, mucho en común tenemos. Largar caminatas y profundos pensamientos es, probablemente, sinónimo. Lo bien que me hace caminar y perderme, encontrar nuevos caminos, descubrir nuevas cosas, siento que me conozco un poquito más cada vez que camino