En torno
al cajón, canapés y velorio. "Si quiere venir a llorar es bienvenido, por
supuesto, las lágrimas no se las niego a nadie, pero va a tener que venir con
los papeles si quiere algo.” Los bollitos blancos apretados en las manos no son
pañuelos de llanto, son los trapitos de mamá que empiezan a salir al sol.
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