
Buenas tardes a
todos. Primero que nada gracias por dejarme ser yo quien lea estas palabras en
nombre de todos los compañeros acá presentes.
Hoy este acto
marca el fin de uno de los caminos más importantes que hemos tenido, y en este
final todos compartimos la alegría por haber conseguido lo propuesto seis años
atrás.
Durante estos
años hemos acumulado experiencias, momentos, recuerdos, en cada lugar de
nuestra escuela, en sus clases, en los pasillos, en el bufete, y la verdad que
todos ellos nos acompañarán para siempre. Quién no recordará el primer día de
clase con la espera de conocer a algún compañero nuevo…
Cada uno de
nosotros ha dejado su propia marca, ya sea por una presentación en una clase,
por una respuesta que dio a una pregunta de un profesor, por esa nota que sacó
en una asignatura, o lo más importante, la huella que nos hemos dejado los unos
a los otros, simplemente por el hecho de habernos conocido. Y cómo el hecho de
conocer mejor a unas personas en los últimos pocos meses o años, te hace que no
las olvides nunca y que siempre las lleves contigo.
Cómo olvidarnos
de nuestros profesores que, más allá de qué tan complicada sea la materia o
cómo sea nuestra relación, siempre estuvieron ahí para cada uno nosotros ya sea
en lo escolar o en lo personal. Porque si se quiere podríamos decir que somos
unos cholulos o mejor dicho unos impresentables, que no se explica cómo vamos a
salir al mundo porque en la facultad nos van partir como un queso. Y cuando
estemos en las respectivas aulas y venga un hombre y nos diga simplemente
“Buenos días”, nada de venir con una sonrisa y chupetines a alegrarnos las
mañanas con un “Hola ¿Qué tal? ¿Cómo le va?” Porque el nivel de mamarracho de
esta promoción es increíble. Cómo olvidarnos de la cantidad de porqués a contestar
en historia, cuando una decía “Ya está, me fue bien” y cuando veías la
corrección eran todos “¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?”. Cuando en las clases de
gimnasia y te tomabas un remis para alcanzar la pelota o realmente, estabas
peor que Botinelli. Físicamente, les puedo decir que Popu y Titi son los
gatitos más lindos que existen. Aprendimos, también, que cuando nos acostamos
en la camini actuamos que dormimos hasta que lo hacemos finalmente. Igual,
digan lo que digan, no me queda ninguna duda de que después de tanto tiempo
aprendimos a reprimir nuestra estupidez en literatura para largarla en el
recreo.
Y por supuesto
aquellas personas que nos han ayudado tanto en este arduo camino, personas que
han ayudado a que esta etapa haya sido mucho más fácil y que nos han apoyado en
momentos difíciles, y que nos dieron un empujón cuando lo necesitábamos… me refiero a nuestras familias, que en cada
caso serán nuestros padres o hermanos, abuelos, tíos, primos… simplemente queremos
darles las gracias por el apoyo y la confianza brindada.
Llega el momento
de despedirse, de dar un salto grande y pasar a otra etapa. Todo este tiempo
nos permitió pasar de ser niños a adolescentes, para hoy ser unos pequeños
adultos. Nuestras vidas inevitablemente cambiarán, pero lo que creo que nunca
va a cambiar es el sentimiento que tenemos ahora, la adrenalina de enfrentarnos
a una nueva etapa que no conocemos. Tomémonos un rato para mirar a nuestros
compañeros, no sabremos si el día de mañana continuaremos todos juntos o sólo
seremos parte una etapa, lo único que tenemos es la certeza de que
representaron la mejor parte de nuestra vida… nuestro crecimiento. Y gran parte
de lo que seamos el día de mañana, se lo debemos a cada uno de los que hoy
están con nosotros y nos han acompañado en este gran camino.
Gracias.